Injuria del trabajador - Pérdida de confianza. La imputación formulada por el
empleador al notificar el despido de un trabajador, con trayectoria laboral
conocida y sin antecedentes disciplinarios, invocando una "pérdida de
confianza" -vinculada a faltantes de dinero- supuestamente configurada por
gravísimos actos de incumplimiento contractual que luego no acredita, constituye
un quebrantamiento del principio de buena fe que debe regir durante toda la
relación de trabajo, y también al tiempo de su extinción (art. 62, L.C.T.) que,
en tanto ha generado un daño autónomo por injusta lesión del honor, debe ser
reparado con una indemnización adicional a la tarifada que repara sólo los
efectos del despido arbitrario.[1]
No hay comentarios:
Publicar un comentario