Establecidos los presupuestos que llevan a inferir la existencia de represalia por el curso natural y ordinario de las cosas, correspondía a la demandada demostrar que existió otro motivo de despido. Esta prueba en contrario no existió en la causa, por lo que corresponde considerar el despido como el resultado de una represalia dolosa que no permite al empleador (y a su responsable solidario en los términos del art. 30, LCT) ampararse en la tarifa dado lo preceptuado por el art. 507, Código Civil. De tal forma, el resarcimiento del daño moral provocado por el despido de un grupo de trabajadores que llevó adelante un tenaz reclamo de equiparación salarial, teniendo en cuenta la frustración y el impedimento de una actuación republicana en procura de la defensa de los derechos propios y de otros compañeros, se estima en la en la suma de $ 20.000.
Wiznia, Ariel vs. G & L Group S.A. y otro s. Despido. Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo Sala V; 28-02-2013; RC J 13858/13
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